Desde bien pequeño siempre me flipó el ciclismo de carretera. Seguir el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta a España en las sobremesas de verano me dejaba alucinado. Esos ciclistas legendarios subiendo puertos míticos, llenos de fans, quedaron grabados en mi mente, y esa pasión ha crecido con los años.
Perico Delgado y Miguel Indurain son íconos que dejaron huella. Perico con sus hazañas en la bici y la admiración por Indurain, cuya frecuencia cardíaca en reposo era increíblemente baja, ¡28 latidos por minuto, una bestia!
Con el tiempo, mi conexión con el ciclismo se profundizó. Purito Rodríguez y Alberto Contador, rivales durante muchos años, añadieron emoción y esfuerzo a la escena. Su rivalidad dejó una marca imborrable en mi corazón ciclista.
Hoy en día, formo parte activa de la comunidad ciclista, saliendo con la Peña Ciclista Baix Penedès de Tarragona. Compartir kilómetros y experiencias con otros apasionados ha enriquecido mi conexión con este deporte, brindándome un sentido de comunidad y compañerismo más allá de las carreteras.
Para mí, la bici no es solo deporte, es mi estilo de vida. Salir a rodar, ya sea solo o en grupo, es mi momento de paz, mi escape. Cada pedalada es liberar tensiones y sentir el viento en la cara. La bici es mi terapia, un tiempo para desconectar del caos y recargar energías.
Así que, para mí, el ciclismo no es solo hacer ejercicio, es una filosofía de vivir el presente y disfrutar del viaje sin complicaciones. En cada kilómetro, encuentro una nueva perspectiva y una forma de dejar atrás el estrés. El ciclismo es más que rodar, es una experiencia que me revitaliza en cada salida.
Miguel A. Domínguez (Admin. Estampify)